Consulta nutricional con enfoque de entrevista motivacional


TIPOS DE MOTIVACIÓN
Motivación extrínseca:
Proviene de factores externos, como recompensas o estímulos ajenos al individuo y a la actividad en sí.
Motivación intrínseca:
Nace del interior de la persona, sin necesidad de recompensas externas, relacionada con el deseo de autorrealización y desarrollo personal.
MOTIVACIÓN POSITIVA
Es el proceso mediante el cual se inicia o mantiene una conducta para obtener una recompensa.
- Recompensas externas: premios, elogios, promociones.
- Recompensas internas: satisfacción personal, orgullo, disfrute de la actividad.
Ejemplos:
- Ejercicio físico: Sentirse revitalizado después de entrenar.
- Estudio: Obtener reconocimiento por buenos resultados académicos.
- Trabajo: Recibir un ascenso o elogios de un superior.
MOTIVACIÓN NEGATIVA
Se fundamenta en el deseo de evitar consecuencias negativas o desagradables.
- Consecuencias externas: castigos, críticas, pérdidas materiales.
- Consecuencias internas: evitar la frustración o el temor al fracaso.
Ejemplos:
- Ejercicio físico: Asistir al gimnasio para prevenir problemas de salud.
- Estudio: Prepararse para un examen por temor a reprobar.
- Trabajo: Cumplir con las tareas para evitar sanciones o despidos.
MOTIVACIÓN BÁSICA
Es la base que sostiene el compromiso a largo plazo con una actividad.
- Interés en los resultados: alcanzar metas deportivas o competir a nivel alto.
- Superación personal: superar logros previos, sentirse más fuerte o hábil.
- Consecuencias positivas: reconocimiento, progreso constante, becas o patrocinios.
MOTIVACIÓN COTIDIANA
Se enfoca en el disfrute de las actividades diarias y la gratificación inmediata que producen.
- Disfrute del momento: placer al realizar una rutina diaria o ejercicio.
- Satisfacción inmediata: alegría al completar una tarea o entrenamiento.
MOTIVACIÓN CENTRADA EN EL EGO
Se basa en la comparación de los logros propios con los de los demás.
MOTIVACIÓN CENTRADA EN LA TAREA
Se enfoca en la comparación de los logros propios con las metas personales previas.
Construcción del ambiente en confianza.
La confianza se refiere a la certeza en uno mismo, la expectativa de que algo ocurra como lo anticipamos o la conexión cercana que desarrollamos con los demás.
Puede sustentarse en emociones y sentimientos o en un enfoque racional, basado en información y evaluación de la probabilidad de que alguien sea fiable.
Según Petermann, la confianza solo puede surgir en escenarios donde no haya temor.
¿CÓMO CONSTRUIR CONFIANZA?
FASE I:
Implica escuchar de manera atenta y sin juicios, mantener contacto visual y, en ocasiones, contacto físico. Es fundamental captar los pequeños detalles como gestos, expresiones, postura y lenguaje, para devolver una respuesta que refleje atención y comprensión.
FASE II:
Consiste en reducir la sensación de amenaza mediante una planificación clara de las acciones. Estas acciones deben ser previsibles para la otra persona, generando una interacción estructurada y segura.
FASE III:
Se enfoca en fortalecer la autoconfianza o autoeficacia, como elemento esencial para desarrollar la capacidad de confiar y ser confiable.
¿CÓMO CREAR UN ENTORNO DE CONFIANZA?
Desde una perspectiva psicológica, estos elementos son clave:
- Empatía y escucha activa: Comprender al otro sin prejuicios y mostrar atención genuina.
- Comunicación clara y honesta: Ser transparente para reducir la incertidumbre.
- Coherencia y cumplimiento de compromisos: Actuar conforme a lo que se promete.
- Validación emocional: Aceptar y valorar las emociones de los demás.
- Mostrar vulnerabilidad: Compartir experiencias personales de forma equilibrada para fomentar la autenticidad.
- Rapport: Técnica para construir un vínculo sólido basado en respeto y confianza mutua.
Estructura de la consulta nutricional
El propósito principal de la consulta es fomentar la motivación interna del paciente hacia el cambio. Esta motivación nace de sus propios valores y metas personales.
Motivación y compromiso:
La autoeficacia es un componente fundamental para impulsar el cambio. No basta con estar motivado; la persona también debe confiar en su capacidad para lograrlo y contar con los recursos necesarios para superar los obstáculos de manera eficaz.
Medición del progreso:
Es crucial evaluar el avance de manera cuantificable para realizar los ajustes necesarios en el plan de acción según las necesidades del paciente.
Identificación de barreras:
Es vital reconocer los obstáculos y los factores que pueden influir tanto positiva como negativamente en el proceso de cambio del paciente.
¿Cómo establecer objetivos?
Evaluar la situación actual:
El profesional de la nutrición debe guiar al paciente en la exploración de sus motivaciones y en la comprensión de su estado actual.
Definir los objetivos en conjunto:
Incluir al paciente en la toma de decisiones es clave para evitar frustraciones, garantizando que sus preferencias sean escuchadas y respetadas.
Revisar y ajustar regularmente:
Es necesario revisar los objetivos periódicamente para evaluar el progreso y realizar cambios que mantengan al paciente enfocado y motivado.
Planificación de actividades:
Para abordar problemas de salud que requieren intervención nutricional, es esencial aplicar razonamiento clínico y pensamiento crítico en la estructuración del cuidado nutricional.
Análisis de la ingesta dietética:
El nutricionista evalúa los hábitos alimentarios del paciente, identificando los alimentos consumidos y las porciones habituales.
Evaluación antropométrica:
Se toman medidas como peso, talla, perímetro de cintura y cadera, así como pliegues cutáneos, para analizar la composición corporal y el estado nutricional.
Valoración bioquímica:
A través de análisis de sangre u orina, se determinan niveles de nutrientes esenciales para identificar posibles deficiencias o excesos.
Evaluación de la actividad física:
Es fundamental conocer el nivel de actividad del paciente para adaptar sus necesidades calóricas y ajustar su alimentación al gasto energético.
Evaluación del estado de salud:
Se recopila información sobre antecedentes médicos, enfermedades crónicas y medicación para personalizar la dieta y evitar interacciones negativas.
En la consulta:
Organizar la agenda:
Contar con una agenda clara y actualizada facilita la gestión eficiente del tiempo.
Medir el tiempo en las consultas:
Controlar la duración de las consultas ayuda a optimizar los tiempos y ajustar la disponibilidad según las necesidades.
Hacer las citas más eficientes:
Utilizar un software de gestión agiliza las consultas y mejora la experiencia del paciente.
Barreras:
- Falta de autonomía
- Metas poco definidas
- Dificultades en la autoeficacia
- Temor al fracaso
- Desconexión emocional con los objetivos
- Distracciones externas
Facilitadores:
- Comunicación clara y efectiva
- Empatía en la interacción
- Educación nutricional personalizada
- Establecimiento conjunto de metas realistas

ETAPAS DEL CAMBIO
ETAPA 1: NEGACIÓN
- La persona se niega a aceptar que existe un problema.
- No muestra disposición para realizar cambios.
- Desconoce los beneficios de modificar su conducta o está mal informada sobre su situación.
- Expresa pensamientos como: "No tengo ningún problema", "No necesito cambiar", "Estoy bien así".
- No busca ni acepta ayuda externa.
- Un ejemplo común en nutrición es: "Vengo porque me lo indicó el médico".
ETAPA 2: CONTEMPLACIÓN
- La persona comienza a notar los daños o beneficios asociados a sus hábitos.
- Muestra cierto interés en cambiar, aunque no se compromete del todo.
- Se encuentra en un estado de ambivalencia.
- Empieza a reconocer las consecuencias negativas de su comportamiento actual.
ETAPA 3: PREPARACIÓN
- La persona se prepara mentalmente para el cambio, reconociendo que es necesario.
- Establece pequeños objetivos a corto plazo.
- Muestra motivación para buscar ayuda, acude a consultas y solicita orientación.
- Está convencida de que los beneficios superan las desventajas, pero aún no está dispuesta a invertir mucha energía en el proceso.
ETAPA 4: ACCIÓN
- La persona lleva a cabo acciones concretas para modificar su conducta.
- Se enfoca en resolver el problema y alcanzar sus metas.
- Realiza cambios significativos en su estilo de vida, invirtiendo tiempo y esfuerzo.
- Los cambios son visibles y específicos.
- Se realiza un seguimiento constante para asegurar el progreso.
ETAPA 5: MANTENIMIENTO
- Es la etapa más crucial del proceso.
- Comienza alrededor de los seis meses después de iniciar el cambio.
- Se consolidan los nuevos hábitos y se previenen posibles recaídas.
- Se trabaja en la permanencia de los logros alcanzados.
ETAPA 6: RECAÍDA
- La recaída puede percibirse como un fracaso personal, afectando la autoestima y la autoconfianza.
- La persona puede llegar a pensar que superar el problema es imposible.
- Suele estar vinculada al temor de decepcionar a otros o ser juzgada.
- La sensación de haber retrocedido después de avanzar genera frustración considerable.
EVALUACION DE LA CONSULTA NUTRICIONAL
Durante la consulta nutricional, es fundamental comprender que un problema no siempre se manifiesta de la misma forma, ya que cada individuo experimenta situaciones similares de manera distinta. Por ello, el profesional de la nutrición debe desarrollar la capacidad de reconocer las diferentes maneras en que el paciente puede expresar sus dificultades y los ámbitos de su vida que se ven más afectados.
Asimismo, el problema puede no manifestarse durante la consulta. Es decir, el paciente podría no presentar signos o síntomas específicos de un problema nutricional. Sin embargo, mediante la entrevista, se pueden detectar hábitos que, si no se modifican, podrían desembocar en un problema real. El rol del nutriólogo es identificar estas señales de alerta y tomar medidas preventivas ante un riesgo potencial o correctivas si ya existe un peligro concreto.
Tipos de diagnóstico nutricional
Dentro del ámbito de la nutrición, se distinguen tres tipos de diagnóstico:
- Diagnóstico de ingestión: Aborda los problemas relacionados con la ingesta de energía, nutrientes, líquidos o sustancias bioactivas.
- Diagnóstico clínico nutricional: Se refiere a los problemas médicos o físicos que presenta el paciente.
- Diagnóstico conductual-ambiental: Incluye aspectos como conocimientos, creencias, actitudes, acceso a alimentos y seguridad alimentaria.
Intervención nutricional
Una intervención nutricional es una acción diseñada para solucionar o mejorar un problema relacionado con la nutrición, enfocándose principalmente en tratar la causa subyacente. No se dirige específicamente a aliviar los signos y síntomas, sino a corregir la raíz del problema.
La intervención se centra en el paciente y se guía por sus metas, mientras que la monitorización y el seguimiento se realizan en conjunto entre el nutriólogo y el paciente. El profesional actúa como guía, acompañando al paciente en cada etapa del proceso de cambio.
Identificación de conductas no saludables
Las conductas no saludables son aquellas acciones que ponen en riesgo la salud o deterioran la calidad de vida. Algunos ejemplos incluyen:
- Ayunos prolongados.
- Consumo de sustancias nocivas, como drogas.
Es crucial no confundir estas conductas con los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), ya que los TCA son patrones que persisten a lo largo del tiempo, mientras que las conductas no saludables suelen presentarse durante períodos más breves.

EFICACIA DEL PLAN DE ACCION
Un plan de acción se considera efectivo cuando logra los resultados esperados en comparación con otros tratamientos o con la ausencia de intervención.
Por otro lado, un tratamiento es eficiente cuando, además de generar resultados positivos en el paciente, los costos asociados son los más bajos posibles.
Teoría de la Autoeficacia de Albert Bandura
Según esta teoría, la habilidad de una persona para completar una tarea con éxito está estrechamente vinculada a la confianza que tiene en sus propias capacidades.
Esta autoconfianza está influida por diversos factores, como la experiencia personal previa, la influencia social positiva y el estado físico y emocional del individuo.
Con base en lo anterior, el nutriólogo puede implementar estrategias que refuercen la percepción del paciente sobre su capacidad para realizar cambios (lo que se conoce como persuasión social positiva), con el fin de mejorar su motivación durante el proceso de intervención nutricional.